Kant y el problema de la metafísica - Martin Heidegger
Kant y el problema de la metafísica
Martin Heidegger
HEIDEGGER Y LA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
El diálogo de Heidegger
con Kant se centró sobre todo en la Crítica
de la razón pura. Fue
en torno a la publicación de Ser y tiempo cuando Heidegger se ocupó más de ella. El
centro de este interés está en las clases de 1927/28: Interpretación
fenomenológica de la Crítica de la razón pura de Kant y en el conocido libro Kant
y el problema de la metafísica,
publicado un año después. A estos escritos explícitos sobre el tema habría que
añadir partes de las clases de otros semestres por estos años, como Lógica.
La pregunta por la verdad (1925/26),
Los problemas fundamentales de la fenomenología (1927), La
esencia de la libertad humana (1930).
Y unos años más tarde (1935/36), ya en una nueva etapa de su pensamiento,
Heidegger tuvo un curso sobre la doctrina kantiana acerca de los principios
transcendentales, con el título: La
pregunta por la cosa.
El escrito seguramente
más importante de Heidegger sobre Kant antes de la publicación de Ser
y tiempo es Lógica.
La pregunta por la verdad. No
nos vamos a detener en él, pero sí conviene destacar algunos puntos.
Heidegger aplica a la Crítica de Kant el método fenomenológico, confiando
en que mediante él podrá llegar al sentido de la Crítica y a los presupuestos de la misma.
Heidegger se opone ya
aquí a la interpretación que hacen de Kant los neo- kantianos, quienes se
centran en el conocimiento desde la perspectiva de las ciencias matemáticas y
naturales, consideran lo a priori como subjetivo y además hacen una brusca
división entre sensibilidad y entendimiento, sin buscar la unidad de ambos y
sin atender suficientemente al hecho de que la intuición es imprescindible en
el conocimiento finito.
Sobre todo hay que
destacar el acento de Heidegger acerca de la postura de Kant sobre la
metafísica, cuestión fundamental de la Crítica de Kant.
Kant pregunta: ¿Qué
pertenece al conocimiento científico del ente en general? E investiga el
conocimiento científico, no para destruir la metafísica, sino para encontrar
una metafísica científica... El punto de mira de Kant no eran los límites del
conocimiento, sino la posibilidad del mismo. Haberse topado con los límites fue
el desagradable resultado real.1
El conocimiento en
general es obra de la sensibilidad y del entendimiento. Pero para poder decir
algo sobre el ente y para poder considerarlo en su ser ha de darse ya algo de
antemano.
Hay que preguntar,
pues, por las condiciones de la posibilidad de la determinación científica de
lo dado así.1 2
En esta búsqueda de las
condiciones de posibilidad o de lo previo al conocimiento, Kant llega
repetidamente al problema del tiempo.
Kant, esto es lo
característico, retorna inevitablemente al tema del tiempo en todos los contextos
de problemas decisivos de su Crítica de la razón pura...
El tiempo tiene prioridad fundamental en
la problemática de la Crítica de la razón pura”.3
Desde un punto de vista
meramente externo, se trata del tiempo en la Estética, como intuición pura; en
la Analítica, al tratar de las analogías de la experiencia y del esquematismo,
que es según Heidegger el centro de la Crítica
de Kant y que une la analítica
de los conceptos y la de los principios; y en la Dialéctica, al hablar de las
antinomias. Pero según Heidegger, ni Kant pone de relieve la relación de la
problemática de la Crítica con el tiempo, ni se ha hecho sobre este tema
una reflexión que no se limite a los puntos en que Kant habla expresamente del
tiempo.
Heidegger quiere ir más
allá de los textos kantiano y hacer ver en el resto de sus clases que la
apercepción transcendental es una determinación fundamental de la
temporalidad. Con ello quiere devolver su valor a la Estética, frente a la
escuela de Marburg, que la consideraba como un residuo del Kant pre-críti- co y
como algo extraño a la Crítica de la razón pura. Y sobre todo, Heidegger cree que a partir de
ahí se podrá hacer ver sin violencia la unidad de toda la Crítica. Pero en estas clases Heidegger no pretende
tanto; se va a limitar a hacer ver el tiempo en los diferentes temas de la Crítica de Kant.4 Lo estudia en la Estética
transcendental y en la Analítica: El tiempo en la apercepción, el tiempo como
autoafección originaria y en relación con el yo, y el tiempo en el esquematismo.
Heidegger llega entonces a estas conclusiones:
La
interpretación de la comprensión y explicación kantiana del tiempo debería
concretamente dejar claro que el tiempo actúa en el ser del Dasein —aquí ante
todo en el conocer como estructura y no como ámbito—. Con esto se demuestra una
nueva comprensión del tiempo.5
El tiempo es un
existencial del Dasein y actúa en el cuidado (Sorge), como estructura esencial del mismo.
La
temporalidad es el fundamento de la posibilidad de esta misma estructura del
cuidado.6
Pero Heidegger expresa
ya aquí la dificultad de una comprensión del tiempo, ya que el tiempo las más
de las veces se oculta y únicamente es conocido en lo que es tiempo inauténtico
y como tal.7 Éste es el tiempo vulgar, en el que el tiempo principal
es el presente. Para Heidegger, el tiempo como existencial del Dasein hay que
verlo sobre todo desde el poder-ser (Moglichsein) del Dasein y el tiempo fundamental es el
futuro.
Pero fue sobre todo
después de la publicación de Ser y tiempo cuando Heidegger se centró en la Crítica
de la razón pura. El
mismo año de la publicación de Ser
y tiempo Heidegger tuvo el curso
titulado: Interpretación feno- menológica
de la Crítica de la razón pura de Kant. Lo esencial de este curso fue repetido por
Heidegger en una serie de conferencias en Riga, en 1928, y en los cursos de
Davos en Marzo del mismo año. Y un año después apareció el mismo contenido más
reelaborado en el conocido libro Kant
y el problema de la metafísica.
Mediante el método
fenomenológico-hermenéutico, Heidegger cree poder sobrepasar el sentido literal
de Kant y llegar a lo que yace bajo los temas kantianos y no ha sido dicho por
Kant de modo expreso. Heidegger recuerda aquí las palabras del mismo Kant,
según el cual es posible conocer a un autor mejor de lo que éste se conoció a
sí mismo. El propósito de Heidegger aquí es el indicado en las clases de
1927/28:
La primera y única
finalidad es lograr la comprensión filosófica del todo unitario de la Crítica
de la razón pura.8
Esto no es poco; aunque
Heidegger dice también que para una comprensión global de Kant habría que ver
también los restantes escritos del mismo. En las clases, Heidegger hace un
análisis más extenso y detallado de la Estética y de la Analítica; en el libro
sobre Kant este análisis es más breve; pero Heidegger amplía sus reflexiones
sobre la imaginación transcendental y sobre la antropología.
Pero está claro que lo
que Heidegger sostiene en uno y otro escrito es que Kant se plantea la pregunta
por la metafísica, intentando fundamentar una metafísica científica. Esta
fundamentación estaría, según Heidegger, en la Crítica
de la razón pura, en el
saber a priori que se presupone en la misma, saber o presaber que Heidegger
entiende como una verdad ontológica, como un saber acerca del ser, previo a
todo conocimiento del ente. Toda fundamentación de las ciencias de los entes se
fundaría en ese saber previo acerca del ser, en una onto- logía. Y ésta, a su
vez, se fundaría en una ontología fundamental. Para Kant, antes de que sean
dados los objetos se presupone algo, sin lo cual los objetos no podrían ser
dados como lo que son.
El
descubrimiento fundamental de Kant consiste en esto: Estos peculiares
conocimientos —la comprensión preontológica del ser del ente y todo conocimiento
ontológico— son tales, que contienen una prolongación del conocimiento del
ente; pero al mismo tiempo un conocimiento libre de experiencia, puro. Estos
conocimientos son los juicios sintéticos a priori. Pero este descubrimiento no
es para Kant el resultado, sino el comienzo de su investigación. ¿Cómo son
posibles tales juicios? Esta pregunta por el fundamento de la posibilidad de
un conocimiento ontológico es la pregunta fundamental de la Crítica
de la razón pura.9
(…)
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